Álvaro Zicarelli, el desplazado director de Asuntos Globales del Senado, rompió el silencio luego de haber sido despedido por la vicepresidenta Gabriela Michetti, quien lo dejó cesante luego de conocerse imágenes en las que el ex funcionario insultaba a Cristina Kirchner.
Zicarelli se mostró arrepentido por sus dichos violentos, que tuvieron lugar a mediados de 2012 frente a una cámara, y aseguró estar "de acuerdo" con la decisión de Michetti. "Mis palabras fueron desmedidas e injustificables", indicó en diálogo con el canal A24.
"Estoy de acuerdo con la decisión de la vicepresidenta. Ella entiende que no puede haber un funcionario con estas características en un gobierno que busca el consenso de los argentinos", señaló Zicarelli, quien explicó también cómo estaba conformado su sueldo, dato que también generó polémica en los últimos días.
"Yo empecé con una categoría A4 y un sueldo de $27.000 en mano", indicó el ex funcionario, quien iba a cobrar el próximo mes la suma de $39.000, ya con un cargo de director. Sin embargo, luego del escándalo, percibirá sólo la liquidación final.
El joven aclaró también que durante este tiempo trabajó también en la fundación SUMA, que preside Michetti, pero que en esa organización "nunca" cobró un sueldo. "Yo colaboraba en SUMA desde antes y, en diciembre, cuando asume este Gobierno, decidí no dejar de ayudar en la fundación, porque ya tenía ese compromiso", remarcó.
Por último, Zicarelli dio detalles de la noche en la que fue grabado mientras le faltaba el respeto a la entonces presidenta. "En ese momento yo era un ciudadano más. Desempleado. Hacía trabajitos de docente dando clases particulares, por eso decía que estaba precarizado", expresó.
"En un momento de la marcha -uno de los 'cacerolazos' contra la anterior administración-] apareció un grupo que nos amenazaba desde el otro lado de la valla, al lado de la policía. Parecía que nos mandaban un grupo de choque ", aseguró el ex funcionario, quien remarcó que, más allá del contexto, su actitud fue repudiable. "Pasaron cuatro años y medio y estoy muy arrepentido. Yo no soy hoy esa persona", concluyó.

Álvaro Zicarelli, el desplazado director de Asuntos Globales del Senado, rompió el silencio luego de haber sido despedido por la vicepresidenta Gabriela Michetti, quien lo dejó cesante luego de conocerse imágenes en las que el ex funcionario insultaba a Cristina Kirchner.

Zicarelli se mostró arrepentido por sus dichos violentos, que tuvieron lugar a mediados de 2012 frente a una cámara, y aseguró estar "de acuerdo" con la decisión de Michetti. "Mis palabras fueron desmedidas e injustificables", indicó en diálogo con el canal A24.

"Estoy de acuerdo con la decisión de la vicepresidenta. Ella entiende que no puede haber un funcionario con estas características en un gobierno que busca el consenso de los argentinos", señaló Zicarelli, quien explicó también cómo estaba conformado su sueldo, dato que también generó polémica en los últimos días.

"Yo empecé con una categoría A4 y un sueldo de $ 27.000 en mano", indicó el ex funcionario, quien iba a cobrar el próximo mes la suma de $ 39.000, ya con un cargo de director. Sin embargo, luego del escándalo, percibirá sólo la liquidación final.

El joven aclaró también que durante este tiempo trabajó también en la fundación SUMA, que preside Michetti, pero que en esa organización "nunca" cobró un sueldo. "Yo colaboraba en SUMA desde antes y, en diciembre, cuando asume este Gobierno, decidí no dejar de ayudar en la fundación, porque ya tenía ese compromiso", remarcó.

Por último, Zicarelli dio detalles de la noche en la que fue grabado mientras le faltaba el respeto a la entonces presidenta. "En ese momento yo era un ciudadano más. Desempleado. Hacía trabajitos de docente dando clases particulares, por eso decía que estaba precarizado", expresó.

"En un momento de la marcha -uno de los 'cacerolazos' contra la anterior administración-] apareció un grupo que nos amenazaba desde el otro lado de la valla, al lado de la policía. Parecía que nos mandaban un grupo de choque", aseguró el ex funcionario, quien remarcó que, más allá del contexto, su actitud fue repudiable. "Pasaron cuatro años y medio y estoy muy arrepentido. Yo no soy hoy esa persona", concluyó.